Luego de 15 meses de confinamiento como consecuencia de la pandemia niños y adolescentes muestran signos de deterioro emocional. Trastornos del sueño y de alimentación, falta de concentración, desmotivados, con cuadros depresivos o de ansiedad, problemas de comunicación, lo cual hace que  hoy los padres enfrenten problemáticas que parecen muy difíciles de resolver.

Por otro lado, ellos también están agobiados y agotados. Demasiado tiempo todos juntos, asistiendo a sus hijos en sus tareas escolares, cumpliendo con las actividades laborales y conviviendo en muchos casos 24 hs. Las rutinas se desordenaron, sin espacios individuales, y todo en un contexto de mucha incertidumbre, que no cesa. Cuando creíamos que habíamos comenzado a dominar el Covid una nueva cepa nos pone en jaque nuevamente: Incertidumbre, angustia, desesperanza, cansancio….

Sabemos muy dentro de cada uno que necesitamos recuperar algo del bienestar perdido. Pero… ¿cómo?

Es momento de pensar y generar en este nuevo contexto, acciones saludables

Algunas sugerencias:

  • Diseñar una rutina diaria que nos ordene y haga nuestro día y el de la familia previsible.  Poner horarios para levantarnos,  para descansar, para alimentarnos, estudiar, trabajar, etc. Tener una rutina previsible nos otorga seguridad y confianza y disminuye nuestros niveles de ansiedad
  • Buscar espacios individuales para realizar algo que disfrutemos o nos permita desconectar.   Recuperar tiempos de ocio, realizando actividades placenteras para relajarse y divertirse, dejando de lado las preocupaciones por un rato. Nos devuelve energía y calidad del pensamiento para retomar la rutina laboral. (juego, música, arte, deporte, .)
  • Hacer espacios familiares para jugar . Un momento para jugar a lo que los chicos desean con nuestra cabeza en el juego, disfrutando y compartiendo.
  • Tener momentos para dialogar, poder hablar de los sentimientos, angustias , miedos, enojos . Poner palabras a lo que sentimos,  compartirlo y ser comprendidos nos ayuda a procesar nuestros sentimientos
  • Facilitar momentos para expresar “todos” los sentimientos y enseñar a nuestros hijos a hablar de los suyos. 

Poder sincerarnos, dedicarnos tiempo de calidad a nosotros mismos y a nuestras familias es fundamental para recuperar el equilibrio. 

Si sentís que necesitas un poco más de ayuda, te invitamos a nuestro consultorio abierto de madres y padres. Dejanos tu contacto y nos comunicaremos con vos. 

 Adriana López