Nuestra vida actual está teñida de mucha incertidumbre, exigencias y factores estresantes que inevitablemente generan ansiedad. Teñida por diferentes motivos, vivida con distintas intensidades. De manera personal se busca una calma para ese estado de agitación, un corazón que late rápido, un sudor que inunda y una sensación de descontrol nos invade. Pero no podemos olvidar que esto que sentimos trae un mensaje único de lo que nos está pasando.

Genera interferencias en nuestra vida cotidiana estar ansioso, no saber que está pasando y no encontrar la calma adecuada. Sabemos que repercute en todas nuestras áreas, como nuestra salud, en lo familiar, lo social y por supuesto en nuestro quehacer laboral.

Actualmente el porcentaje de personas con estados ansiosos que requieren intervención directa de un profesional han aumentado exponencialmente dentro de las organizaciones.

Los colaboradores en un estado de ansiedad, disminuyen su rendimiento, no logran los objetivos planteados, generan malestar en el equipo y los que lideran no saben cómo ayudar. Muchas veces la intervención que tiene la intención de ayudar a la persona en ese estado de ansiedad la vive con cierto desconcierto, se pregunta, ¿es ayuda o de verdad no me comprenden?

Pensamos que es necesario tomar decisiones globales y personales para conseguir un cambio verdadero que beneficie a todos.

¿Podemos salir solos de esta sensación o necesitamos ayuda?

Así pareciera que se no puede seguir, aportar calidad y prevención sería una de las soluciones.

Lic Emilia Canzutti

MP 9171