El fallecimiento repentino de un empleado produce un enorme impacto en la empresa y es un gran desafío para el departamento de Recursos Humanos, ya que muchas veces es el encargado de transmitir la triste noticia, contener las primeras emociones y ocuparse de los detalles.

La pérdida de un compañero con el que se ha compartido los vaivenes de la vida laboral, es una experiencia profundamente estresante y desestabilizadora. Es probable que aquellos que trabajaron estrechamente con la persona sientan que han perdido a un miembro de su familia extensa. Incluso los empleados que no tenían mucho vínculo o no se llevaban bien  pueden sentir repercusiones. Muchas emociones afloran y su trabajo inmediato es proporcionar formas para que estas emociones sean reconocidas y canalizadas en un entorno cómodo y confiable.

La investigación ha demostrado que la intervención temprana con el grupo de trabajo afectado reduce el impacto estresante de la muerte de alguien. También se puede evaluar la necesidad de atención personalizada debido a la gravedad de su dolor o a un pedido expreso de algún integrante que por la cercanía vincular o por el cargo que tiene, prefiera un espacio individual. Muchas veces es más beneficioso delegar a una institución externa que no esté afectada por la pérdida y que esté entrenada en el manejo de este tipo de situaciones.

Dado que esta es una situación inusual es común contar con pocos protocolos. Algunas consideraciones a tener en cuenta:

  1. Notificación al personal No importa cómo se entere del incidente, se recomienda rápidamente notificarlo directamente al personal inmediato y amigos cercanos del trabajo, y al resto de la compañía mediante comunicaciones escritas, como un correo electrónico o un memorando. Recuerde ponerse en contacto con el personal que está ausente o de vacaciones.
  2. Asistir al servicio fúnebre o conmemorativo Haga arreglos para que su personal asista al funeral o al servicio conmemorativo si así lo desean. Asistir al servicio conmemorativo es una parte importante del proceso de duelo.
  3. Escritorio y pertenencias personales. Si bien hoy con la modalidad híbrida los colaboradores no tienen un espacio propio donde, hay muchas empresas en la que ciertos empleados tienes ese espacio exclusivo. En esta situación es necesario decidir el momento oportuno para desocupar el escritorio y empacar sus pertenencias. Tener en cuenta que a veces los miembros de la familia o un amigo cercano pueden querer manejar la tarea de guardar las pertenencias personales del fallecido.
  4. Cobertura del personal para asignaciones de trabajos sin terminar o pendientes. Se puede implementar un plan temporal a corto plazo hasta que se pueda tomar una decisión más permanente. Es aconsejable hacerlo tan pronto como sea posible para disminuir el nivel de ansiedad que ya está presente entre el personal.
  5.  Espacio de oficina. Lo mejor es no hacer movimientos bruscos con respecto a los cambios de espacio; las personas necesitan tiempo para llorar la pérdida de su compañero de trabajo. En un mes más o menos, habrá más aceptación de los cambios que provienen de la pérdida.
  6.  El empleado de reemplazo. Es importante tener en cuenta que un nuevo empleado debe estar preparado para posibles comparaciones negativas con el empleado fallecido. Si el difunto fue alguien especial o muy querido, la transición será aún más difícil. Es aconsejable preparar a las personas para el cambio.
  7.  Pérdida de productividad laboral y motivación. Es totalmente esperable para la empresa que la muerte de un empleado resulte en una menor productividad y motivación durante un breve período de tiempo.
  8.  Estar atentos a los empleados afectados. Al producirse un evento tan doloroso es importante observar al grupo para detectar aquellas personas que estén excesivamente afectadas. A su vez si transcurren uno o dos meses y se observa que uno de sus empleados no ha vuelto a su nivel normal de funcionamiento y parece que todavía está de duelo, hable con ese empleado, bríndele un espacio para hablar sobre lo que ha observado. A menudo, una pérdida en un área de la vida de alguien, como en la pérdida de un compañero de trabajo, desencadena sentimientos no resueltos sobre pérdidas previas. Esta persona puede necesitar ayuda adicional para hacer frente a estos sentimientos.

Un aspecto a tener en cuenta es que muchas veces la persona de RRHH encargada de hacer frente a este evento, tenía un contacto cercano con la persona fallecida. En estos casos es necesario apoyarse con su propio equipo para tener ayuda en procesar sus propias emociones

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