Experimentar acoso sexual es a menudo una situación extremadamente emocional y angustiante para el/la trabajador/a involucrado/a.
“Lorena (a quien llamaremos con este nombre ficticio para preservar su identidad) era una abogada joven que trabajaba en el departamento de legales de una empresa nacional. Exigente, responsable en su trabajo, algo tímida, quien evitaba confrontar con los otros, sobre todo sus superiores.
Lorena fue derivada a Momento Cero por el departamento de RRHH porque había sido víctima de acoso sexual por su jefe inmediato superior. Se la observaba muy angustiada, manifestando no querer ir a trabajar. Estaba sumamente afectada por la situación sufrida y no podía dejar de pensar en lo sucedido. No quería cruzarse con su jefe, ella se sentía incómoda y no sabía cómo manejar esa circunstancia. Le costaba ir a las reuniones de equipo, no quería entrar a la oficina de su jefe, todo lo enviaba por mail y cuando tenía que presenciar inevitablemente una reunión, tenía fuertes dolores de estómago y muchas ganas de irse. Sentía vergüenza, enojo, culpa e impotencia.
Durante 6 encuentros trabajamos terapéuticamente con Lorena para disminuir su angustia, despojar todo tipo de culpa y vergüenza frente a la situación. Se señaló los derechos que tienen las personas a no ser humilladas o intimadas y no ser objeto de acciones relacionadas con el sexo. Se afianzó la confianza en sí misma y se le dieron herramientas ´para cambiar su posición frente a su jefe, poder presentarse frente a él y permanecer en las reuniones tranquilla, sintiendo que sabe y puede defenderse”.
El acoso sexual en el lugar de trabajo es una forma de discriminación que incluye cualquier comentario, conducta o comportamiento no invitado, relacionado con el sexo, el género o la orientación sexual, que además crea un ambiente de trabajo hostil. Tiene el propósito o el efecto de violar la dignidad de un trabajador, o crear un ambiente intimidante, hostil, degradante, humillante u ofensivo. Un solo incidente es suficiente para constituir un acoso sexual, no tiene que repetirse.
Es importante saber que el hecho de que alguien no se oponga a un comportamiento inadecuado en el lugar de trabajo en el momento que ocurre, no significa que esté dando su consentimiento al mismo, como el caso de Lorena que no pudo reaccionar en el momento y actuar.
Todos los incidentes de acoso sexual, sin importar cuán grandes o pequeños sean, requieren que los empleadores o gerentes respondan de manera rápida y apropiada. Deben tomarse con mucha seriedad y ser manejados de manera justa y sensible. Un empleador debe hacer que la denuncia sea tan libre de estrés como sea posible. En la mayoría de los casos, esto implica cosas simples como asegurarse de que haya suficiente tiempo para discutir el asunto y encontrar un espacio privado para reunirse.
También es probable que sea muy angustioso para un trabajador ser acusado de acoso sexual. Será necesario llevar a cabo una investigación justa y exhaustiva, y tomar las medidas necesarias que restablezcan el buen clima laboral.
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